En nuestra familia iniciamos los programas de intercambio hace más de 8 años y en todo este tiempo mis tres hijos han podido disfrutar de 5 intercambios maravillosos, en los que han aprendido a hablar inglés y francés sin casi darse cuenta, y además a observar y querer otras culturas diferentes a la nuestra. Aprecian otra forma de hacer las cosas y han abierto su mente al cambio.
Como padres, además de dar educación académica a nuestros hijos, debemos enseñarles calidad humana, sentido de la familia, inquietud por mejorar y a respetar aquello que no conocemos. ‘En Famille’ participa de todos estos valores y nos ha facilitado mucho esta labor.
Los programas de intercambio enriquecen mucho la vida, tanto de nuestros hijos que están haciendo el programa, como del resto de nosotros, ya que es una experiencia que vivimos en familia y de la que cada miembro debe ser partícipe.
Durante el período de acogida, el hermano de intercambio de nuestro hijo descubrirá nuestra cultura, valores, gastronomía, forma de relacionarnos, costumbres, fiestas, etc.…. y llegará a convertirse en un integrante más de la familia, llevando esta experiencia en el corazón para toda su vida. Y del mismo modo, esa persona que viene se convertirá en un hijo/a, un hermano/a, y un nieto para nosotros.
Durante el período de viaje de tu hijo, él mismo tendrá estas vivencias, y descubrirá las mismas cosas con su familia extranjera, pudiendo vivir infinidad de experiencias que no podría haber tenido quizás de otra manera.
Sin duda, un programa de intercambio es definitivamente la mejor iniciación para nuestros hijos en ese maravilloso viaje de autodescubrimiento que es la vida, en el que la recompensa no sólo es aprender una lengua, sino descubrir una cultura En Familia.